(2004)
Guarda cuando tengas los motivos
de querer a quienes querer no puedes,
mantenlos dentro de ti cautivos
y caerán de tu egoísmo las paredes.
Es difícil subir en la pendiente,
el egoísmo es gravedad en el amor;
es más fácil si mantienes latente
el ejemplo de Cristo en tu interior.
Cuando a la gravedad se sume el peso,
de los errores y defectos de tu hermano:
Olvidate de todo lo que sabes,
deja atrás todo juicio vano
y recuerda los motivos que guardaste.
Cuando absurdamente te molesten sus virtudes,
que al notarse denuncian en ti su ausencia,
date cuenta de que a esta actitud acudes
por vivir la vida en competencia,
y recuerda los motivos que guardaste.
El hermano también se vuelve cotidiano,
lo cotidiano no es interesante.
Busca tierra virgen en tu hermano,
y haste de esta tierra caminante.
Sabes bien hermano mío lo que cuesta,
vivir con tus hermanos sin querellas.
Hazlos luz, si la ocasión se presta.
Y andarás tu vida en un jardín de estrellas.
Josué Zarzosa (2004)
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