Friday, April 15, 2011

¡No se han acabado los talentos!

Discurso pronunciado con ocasión de la entrega de reconocimientos a la permanencia en el programa de talentos UANL el 14 de Abril de 2011.


Muy buenas tardes Dr. Jesús Ancer Rodríguez, rector de nuestra Universidad, autoridades aquí presentes, compañeros del programa institucional de talentos universitarios, padres, maestros, amigos todos. Es un honor para mí el poder compartir un breve mensaje a los mejores alumnos de mi universidad, así como también a sus padres y maestros.

Se atreven estas palabras a ser voz de todos los estudiantes del programa, y al mismo tiempo pretenden transmitir de estudiante a estudiante un sentido de responsabilidad y compromiso por el extraordinario hecho de ¡ser un talento!


Quiero felicitarlos compañeros por formar parte de este exclusivo grupo de estudiantes con oportunidades excepcionales.

Después de unas cuantas reuniones en el programa de talentos, no resulta difícil a partir de simple observación delinear el perfil del estudiante talento promedio: un joven privilegiado, con una relativa seguridad económica y familiar que le permite dedicarse de tiempo completo a los estudios, que cuenta con los recursos materiales necesarios para realizar sus trabajos escolares, que tiene unos padres que le exigen y al mismo tiempo le apoyan, que no es ajeno a la responsabilidad ni al compromiso y tiene, gracias a su formación familiar, unos valores claros y bien definidos.


¿Les es ajena esta descripción compañeros? Puedo asegurar que no. Y es precisamente a raíz de este hecho, el hecho de haber recibido tantas oportunidades, que quiero compartir una reflexión sobre nuestro papel en la sociedad como estudiantes de alto rendimiento.

En esta parte del discurso me voy a aprovechar un poco de una moda que trae Monterrey desde hace ya algunos meses, algunos de ustedes podrían ser incluso ya víctimas de este furor. Me refiero a la poncho-manía. Así es, escucharon bien. Así que chicas talentosas, por favor, ¡atentas! que voy a hablar de poncho.


Me atrevo a proponer a poncho como nuestro modelo. Solamente me permitiré una pequeña variación en la propuesta. El poncho del que hablo se apellida Reyes Ochoa y es también conocido como “El Regiomontano Universal”: Alfonso Reyes.


Si Alfonso Reyes hubiera nacido en nuestros días, sería sin duda miembro del programa de talentos. ¡Tendría que serlo! Encaja perfectamente en el perfil. Ya estaría aquel inquieto joven proponiendo a la maestra Nora realizar grupos de discusión de los clásicos griegos, o hubiera quizás organizado un facebook para la difusión cultural en la universidad. Sin duda no se quedaría con los brazos cruzados ante las crisis actuales que enfrenta nuestro país.


¡Algo estaría ya tramando aquel joven Alfonso a quien el sol de Monterrey siguió desde su infancia!

Hijo de Bernardo Reyes, ex-gobernador de Nuevo León, Alfonso Reyes contó con oportunidades para estudiar como nosotros. A los 19 años fundó un grupo de discusión filosófica, criticó al positivismo de su época y al desarrollo nacional durante el porfiriato; publicó su primer libro a los 21 años de edad, a los 23 años se graduó como abogado. Todo esto en un México caliente y violento, con una Revolución a punto de estallar. Más tarde puso el nombre de México y de Monterrey en un lugar muy alto para que todo el mundo viera que en Monterrey, ¡No se han acabado los talentos!.


¿Quién de nosotros compañeros va a sorprendernos primero publicando un libro antes de graduarse? O quizás un artículo científico, una colaboración en algún periódico, un blog, una revista...

Propongo entonces que seamos “Estudiantes Alfonsinos”, o en un argot más comercial “Ponchoestudiantes”. Rompamos los límites, busquemos proyectos que nos parezcan imposibles y comprometámonos con ellos. La principal y más grande exigencia viene de uno mismo. Exijámonos más de lo que creamos poder y propongamos hacer de nuestra historia en cada una de nuestras carreras, un programa especial de estudio de alto rendimiento.

Quiero felicitar también a los padres talento y a los maestros talento que nos acompañan, pues detrás de un estudiante de alto rendimiento, hay desde luego excelentes padres y maestros. Un breve mensaje para ellos:

No tienen idea de lo mucho que nos incentiva una palmada suya, una mirada de confianza, un desafío. Somos jóvenes y ardemos en inquietudes y en sueños.

Esperen mucho de nosotros y daremos más de lo que esperan.

Finalmente agradezco a nuestra alma mater a nombre de todos nosotros los estudiantes talento y sé que al salir de nuestra segunda casa: nuestra universidad, podremos decir junto con el poeta regio:

“cuando salí de mi casa,
con mi bastón y mi hato
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!-“


Gracias a ti Universidad Autónoma de Nuevo León:

“Traemos tanto sol adentro
que ya tanto sol nos cansa.”


Sigamos brillando compañeros.
Allere Flammam Veritatis
Muchas Gracias.

Monterrey, N.L. a 14 de Abril de 2011

2 comments:

Unknown said...

No se han acabado los talentos... y no tendrían porque hacerlo.

Leo el discurso, y me hace reflexionar varias cosas (que si mas no recuerdo era su objetivo), asi que comenzare parafraseando una parte del discurso:

"no resulta difícil a partir de simple observación delinear el perfil del estudiante talento promedio: un joven privilegiado, con una relativa seguridad económica y familiar que le permite dedicarse de tiempo completo a los estudios, que cuenta con los recursos materiales necesarios para realizar sus trabajos escolares, que tiene unos padres que le exigen y al mismo tiempo le apoyan, que no es ajeno a la responsabilidad ni al compromiso y tiene, gracias a su formación familiar, unos valores claros y bien definidos."

¿No crees que es algo excluyente esa definición de talento? en principio, esa definición debería ser valida para cualquier estudiante, porque eso es un estudiante, sin importar si es un talento o no, que existan estudiantes que "hagan" como estudiantes es una cosa, pero ¿llamar talento al ser estudiante?, me parece algo inadecuado. Que hay de otros talento con problemas económicos-familiares, los "NO" privilegiados, ellos ¿acaso no pueden ser talentos?, mas bien creo no podrían ser parte de un programa que claramente no esta dirigido hacia ellos.

Cito esta frase de José Ingenieros, la cual te invitaría a reflexionar un poco
"Llama genio al hombre que crea nuevas formas de actividad no emprendidas antes por otros o desarrolla de un modo enteramente propio y personal actividades ya conocidas; y talento al que practica formas de actividad, general o frecuentemente practicadas por otros, mejor que la mayoría de los que cultivan esas mismas aptitudes."

Y creo mas bien, que Alfonso Reyes, era un genio, aquel que crea donde no hay, y no es el mejor repitiendo, aquel que escribe por escribir, no por ser el primero antes de graduarse, aquel que buscaría mas genios, y no simplemente talentos, incluso entre los no privilegiados.

Espero esto también sirva de reflexión a los talentos, porque los no talentosos, también tenemos algo que decir ya que la responsabilidad también es nuestra, como lo es a cualquier estudiante.

Josué Zarzosa said...

Hola PP, gracias por tu interés en el tema y por tu comentario.

Me gustó en particular la distinción que compartes entre genio y talento con la cual me surgió la inquietud de leer "El hombre mediocre" de José Ingenieros, obra de la cual ignoraba su existencia y que aporta mucho material motivacional para nosotros los jóvenes estudiantes.

Una aclaración: no prenende el escrito en ningún momento definir lo que es el talento, sino más bien resaltar el papel importante que juega la familia en el desarrollo académico de los estudiantes e invitar a los estudiantes que han sido reconocidos por la UANL como "talentosos" a valorar los privilegios con los que cuentan.

Estoy de acuerdo con que el hecho de distinguir entre estudiantes "talento" y demás estudiantes sea algo excluyente, pero creo que así debe de ser. Después de todo, no todos somos iguales. Cito a José Ingenieros en la misma obra que citaste anteriormente:


"Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz"