Friday, December 09, 2022

2022

Este año lo comencé cerrando un círculo. Fui al parque con mi esposa y quemé los restos de una crisis emocional que me sacudió en 2021. Recibos de terapia, notas, escritos y dibujos. Todos esos papeles se convirtieron en cenizas frente a mis ojos. Con ese gesto marqué el inicio de una etapa nueva, mirando hacia adelante. Unos días después dio positiva una prueba de embarazo. Terremoto. ¡Qué alegría! ¡Qué bendición!

Viajamos mucho en los primeros meses, pues intuimos que entre más avanzado fuera el embarazo, más difícil e incomodo sería viajar. Marsella, Manchester Mallorca y Skiathos.

Descubrí a Jordan B. Peterson. Disfruté leyendo sus libros "12 reglas para vivir" y "Más allá del orden". Me sorprendió que resonaran en mí las ideas de alguien de ideología conservadora. «¿Será que me estoy haciendo viejo?» Conecté con las historias de los pacientes a los que acompaña en terapia. También descubrí a Alain de Botton y su "School of Life". Disfruté leyendo sus ideas sobre salud mental, arquitectura, arte, psicología y paternidad.

Al fin hice muchas cosas que había estado posponiendo desde hace años. Saqué mi licencia de conducir. Compré una cama más grande, un segundo congelador y una bicicleta. Comencé a tomar clases de griego, a aprender guitarra clásica y a leer notas musicales. Me apunté a un curso de escritura creativa y estoy cultivando el hábito de escribir por las mañanas.

Recibí muchas visitas. Me dio mucho gusto poder compartir con mi familia cómo es mi vida aquí en Hamburgo. La comodidad de mi mini departamento. Lo rico que es caminar por las calles de mi barrio. La belleza del Stadtpark, con sus árboles frondosos y sus extensas áreas verdes.

No todo fue fácil este año. Nos contagiamos de covid. Tuve períodos de mucho estrés en la oficina. Me costó mucho trabajo pasar mi examen de manejo. Lo pasé en el tercer intento. En más de una ocasión me sentí frustrado y me resultó difícil controlar mis emociones. Me di cuenta de que me ofendo muy rápido y me tardo mucho en volver a mí cuando algo me saca de quicio. Aprendí que soy un poco arrogante y me abrumo muy fácilmente ante un fracaso. Una estrategia que me funciona muy bien cuando estoy enojado es distraerme y pensar en otra cosa. Evitar quedarme dándole vueltas al asunto en mi cabeza.

El nacimiento de Olivia fue una experiencia muy intensa y muy estresante, a pesar de que no hubo complicaciones graves. Mi cuerpo y mi mente llegaron al límite. Hubo de todo. Mucho miedo, mucho dolor (de mi esposa) y una impotencia aplastante. Fue una bomba de emociones. Creo que yo lloré más que la bebé en la sala de parto. Estoy agradecido de haber podido estar ahí para recibirla.

Sin pensarlo mucho decidimos tomarnos un año de paternidad. Los dos al mismo tiempo. Eso nos dio la oportunidad hacer las cosas sin prisa. Ir aprendiendo poco a poco a ser padres. Ir adaptando poco a poco nuestra relación a esta nueva realidad. Creo que fue una decisión acertada. Ya habrá en el futuro mucho tiempo para ir a trabajar y ganar dinero. Ahora es tiempo de crecer. 

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